Reflexión apostólica:
El Señor nos ama tanto que no puede aceptar que estemos lejos de Él, lo quiere todo o nada. Cristo no se conforma con partes de un todo. Él desea nuestra entrega total; lo mejor, lo más bello, lo más grande. Y se lo podemos ofrecer a través de nuestros hermanos. Cuando nos esforzamos en la caridad agradamos mucho al corazón de Jesucristo.
Propósito Veré todo los acontecimientos del día de hoy como oportunidades que Cristo me da para demostrarle mi amor por Él y por mis hermanos, los hombres.
Diálogo con Cristo ¡Jesús, no quiero desparramar las gracias y dones que tu me has dado! Señor, permíteme recoger contigo. Quiero ayudarte, quiero estar siempre a tu lado trabajando contigo. Tú eres mi alegría y tu misión mi cometido. Dame la gracia, Señor, de nunca cansarme y de siempre ser para ti un siervo bueno y fiel.
ANIBAL ESPINO.CATHOLIC NET.
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