LAS MEJORES HORAS
Te fuiste sin que me diera cuenta, Sigilosa como una gata por el tejado, Yo soñaba con tus labios y tus piernas, Cuando tú te alejabas ya sin amarme.
Me levante y vi que estaba solo, La oscuridad lamiéndome las manos, La puerta de mi vida entreabierta, Por la que habías escapado hacia no sé donde.
Me senté en la mesa y empecé este poema, Un poema de amor de despedida, Por cada hora que pasé contigo una lágrima, Por cada minuto una elegía.
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