Amar a un ser
humano es
aceptar la
oportunidad
de conocerlo
verdaderamente
y disfrutar de
la aventura de
explorar y
descubrir
lo que
guarda
más allá
de sus
máscaras
y sus
defensas;
contemplar
con ternura
sus más
profundos
sentimientos,
sus temores,
sus carencias,
sus esperanzas
y alegrías,
su dolor y
sus anhelos;
es comprender
que detrás
de su careta
y su coraza,
se encuentra
un corazón
sensible y
solitario,
hambriento
de una mano
amiga, sediento
de una sonrisa
sincera en
la que pueda
sentirse en
casa.
|