MEDITACION
El discípulo cuidaba el cultivo de arroz
pendiente que nunca le faltase el agua.
Ese año, el arroz creció fuerte
y la cosecha fue buena.
El segundo año, tuvo la idea
de añadir un poco de fertilizante.
El arroz creció rápidamente y la cosecha fue mayor.
Al tercer año, aumentó la cantidad de fertilizante.
La cosecha fue mayor aún,
pero el arroz nació pequeño y sin brillo.
Inquieto, el discípulo le preguntó
al maestro que había ocurrido.
-Si sigues aumentando la cantidad de abono,
no cosecharás nada de valor el próximo año
-le dijo el maestro-,
fortaleces a alguien cuando lo apoyas,
pero lo debilitas si lo ayudas demasiado.
Es más fácil dar que enseñar a conseguir.
Es más sencillo ganar la aprobación a corto plazo,
que esperar con paciencia la verdadera cosecha...
D/A