En la montaña ajada
Tapizada de ceibos,
Te vi bajar aurora
Trayendo manojos de algas,
Arenas movedizas,
Colores deslumbrantes,
Sonidos de trompeta,
Cuajadas escarlatas
Manantial de canciones,
Ideas desbocadas…
Y me quedé mirando
El azul sin colores
Que la traía a ella,
A venerar la imagen
Del amado distante
Hoy símbolo de nada,
Echo polvo y ceniza
Pisoteado por un tiempo
Que cicatrizó las heridas
Y se fue con el viento
Que arreciaba aquel día.