No hacen falta ojos para ver más allá.
Basta que cierres tus párpados para que aparezcan tus ilusiones,
tus esperanzas, tus motivos para luchar.
Lo importante está en ti. Adentro.
Esperando que te animes a mostrarlo.
No te fijes en los demás.
Haz lo que a ti te parece y tu conciencia te permita.
Sin bajar la vista ante nadie.
Tu voluntad puede transformar tus lágrimas en sonrisas,
tu desgana en sacrificio, tu esfuerzo en logro,
tu duda en convicción.
Te permite pararte después de cada
tropiezo y hacer que tus problemas dejen de serlo.
Si no ves la fuerza que hay dentro de ti,
¡EL QUE ESTÁ CIEGO ERES TÚ!
(Desconozco el autor)