Cuando no queden más ocres por caerse de mis sueños
y no perciba en el viento la caricia del invierno …
si no fluye primavera desde adentro de mi pecho,
no le pediré al verano el milagro de tus besos.
Y si llegase la hora de abandonar este cuerpo,
me aferraré a la esperanza de hallarte en el universo,
hasta fundirme en tu esencia en un abrazo sin tiempo,
para darle rienda suelta a lo que en vida fue ensueño.