La noche llora tu ausencia
cuándo en el piano suena nuestra melodía
es tan grande el espacio vacío
cuando los recuerdos te acercan.
Una plegaria esboza mi voz
y tu nombre lastima el silencio
gime el cuarto en penumbras
dónde se respira tú presencia.
Las sensaciones de tenerte
se van haciendo casi reales
ya no distingo entre aquel pasado
y la mórbida realidad de un final.
El día llora tu ausencia
cuándo el sol no refleja tu cara
y se confunde la mañana fría
si tu calor se apagó en la nada.
Cómo si oyera un rumor quejoso
las calles preguntan por nosotros
y algún vecino curioso
sola me verá pasar de reojo.
Se va, el tiempo se va yendo
y tú te llevas la vida mía
mi corazón que en cada latido
junta tu sangre con la mía.