Viernes santo, viernes santo,
viernes santo en aquel día,
pasó la Virgen María
en busca de su hijo amado.
Por el camino donde iba,
una mujer ha encontrado,
¡Qué haces aquí mujer?
¡Qué haces aquí llorando?
No has visto pasar al hijo de mis entrañas?
Por aquí pasó Señora,
por aquí Cristo ha pasado,
una cruz lleva en su hombro
de madera muy pesada,
una soga a la garganta que con ella tropezaba.
me ha pedido que le dé un paño de mi tocado
para limpiarse el rostro que lo tenía muy sudado.
Tres dobleces tiene el lienzo,
tres figuras me ha dejado,
si las quieres ver Señora aquí las tengo grabadas.
Al oir esto la Virgen cayó desmayada,
San Juan como buen sobrino
en brazos la levantaba.
Vamos vamos tía amada,
que por presto que lleguemos
ya le habran crucificado,
ya le remachan los clavos,
ya le dieron la lanzada en su divino costado.
El que esta oración rezare
todos los viernes del año,
sacará un alma en pena y la suya si está en pecado.
El que la sabe y no la reza,
el que la oye y no la aprende,
el día del juicio sabrá
lo que esta oración contiene.
D/A


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