dentro de tus senos
bajo el principio
absoluto de las edades
abrázalo como tu luz...
como todo lo bello
que enajena y desvive.
Habrá tiempo para morir
mientras tu recuerdo
traspase en mi
la barrera del sonido...
Esculpe letra a letra lo vivido
ingrávida matriz
de nuestros cuerpos en movimiento.
Guarda este poema...quizás el último
donde se esconden
las dunas de tu cuerpo en mi ombligo...
escondite agua sal de lo desconocido
lluvia de brasas que los dos sentimos.
No lo ignores nunca mujer
él es mendigo
pero con garras y colmillos...
su corazón es un volcán...
y su alma
un ejército de ángeles consentidos.
Este poema te ama y te odia
y vuelve amarte después de odiarte
es mi corazón cuando es una fiera
es mi alma cuando es un "niño".
Guárdalo mujer...¡y no lo pierdas!
la esencia de su existencia
lo encierra todo
¡amor! ¡odio! ¡ángeles y demonios!
¡esperanza! ¡vida! ¡muerte! ¡y olvido!