Uso correcto de la palabra
Hagamos uso correcto de las palabras, de los conceptos,
de las críticas
y sus efectos, de las nuevas ideas, de un nuevo foco de
comprensión para una visión que no se adapta a su medio,
a su tiempo. Nunca ha sido demasiada la sensatez
en las respuestas y sus porqués.
Nunca fue demasiada la franqueza en las cartas que se
tienden a la mesa. Nunca fue demasiada la palabra "Si"
en la hora correcta o un "No" que la verdad despierta.
No economicemos en las palabras de amor, en aquellas
que amplían los buenos sentimientos, que exaltan hechos
de real valor o desaprueban lo que causa sinsabor.
No nos escondamos en el "no tengo nada con eso" o "cada
cual con sus problemas". La buena palabra ameniza, calma,
y devuelve la paz a cualquier alma.
No exageremos en los halagos ni en la aspereza de un sermón.
Para todo hay hora y no todo se resuelve ahora. Usemos nuestras
palabras con la mejor de nuestras intenciones, como expresión
de arte y belleza o como un recado en gentileza.
La palabra es la arma blanca del poeta, del prosista.
Que llegue a su destino con el perfume de la flor.
Cleide Canton
Fondo by Taty © 2012
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