El éxito no es tenerlo todo,
ni hacerlo todo, sino serlo todo.
Por lo general, basamos nuestro éxito
en las conquistas externas.
Estas conquistas nos dan posesiones
que pasamos a tener y se vuelven
el parámetro de vencedores y perdedores.
A veces, el éxito se basa en nuestras acciones
y su impacto sobre los demás.
Pero, es solo cuando el éxito se base
en las posesiones interiores, es decir,
en lo que soy,
es que puedo decir que soy exitoso.
Pues lo que tengo se puede ir un día,
lo que hago, pararé de hacer en algún momento,
pero lo que soy es eternamente mío.