|
Señor, mi corazón rebosa de agradecimiento por tantos dones y bendiciones tuyas. No bastaría el canto del corazón y de los labios, si no pusiera mi vida a tu servicio, para darte testimonio con mis acciones. A ti la gratitud y la alabanza. Tú me has sacado de la nada y me has hecho tu elegido; me has hecho feliz con tu amor y tu presencia. No te conozco bien, no conozco siquiera mis necesidades. Pero Tú, ¡oh Padre!, Tú nos conoces por entero. Soy incapaz de amarme a mí mismo como Tú me amas. Tú, ¡oh Señor!, me has creado con un solo corazón, para que sea para Ti, sólo para Ti.
|
|
|