Si tu intención es causar daño,
saldrás lastimado.
Si tu intención es engañar,
serás engañado.
Si tu intención es apropiarte de algo,
terminarás siendo robado.
Si tu intención es dar, recibirás.
Si quieres enseñar, aprenderás.
Si intentas reconocer y valorar,
terminarás siendo admirado.
Si tu intención es ayudar,
tú mismo serás ayudado.
Si intentas alimentar, crecerás.
No puedes escapar de tus propias intenciones,
aún cuando éstas puedan estar dirigidas hacia los demás.
De igual modo vuelven a ti.
Si eso te empuja hacia delante o te hace retroceder,
dependerá de las particulares intenciones con las que elijas moverte.
La sinceridad e integridad de tus intenciones afectará directamente
la calidad de tu vida.
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