Quiero decir y no digo
y estoy sin decir, diciendo,
quiero y no quiero querer
y estoy sin querer queriendo.
(De la tradición)
Tu belleza es la del trigo,
es de hermoso girasol,
eres un rayo del sol
quiero decir y no digo.
Te miro mas no consigo
que me dediques tu amor.
Es un hermoso temor
que sonríe y es tu voz
una bendición de Dios
con dulce aroma de flor.
Aquí me tienes sufriendo,
confieso que eres mi mar,
mi cielo, mi trajinar
y estoy sin decir, diciendo.
Cuando te observo, me enciendo
en llamaradas de trinos.
Tienes arpegios divinos
aromados de jazmines
y cantos de serafines
que iluminan mis caminos.
Tú me haces florecer
con tus ojitos serenos,
tu alma de cantos plenos
quiero y no quiero querer.
Mas me asomo para ver
cada pétalo que exhibes,
cada palabra que escribes,
es lluvia de primavera,
te quedas en mi ribera
y que te ame más consigues.
Eres divina luciendo
tu ropaje de lucero
te digo cuánto te quiero
y estoy sin querer queriendo.
Cuando te miro sonriendo
es un beso el que me das,
¿me regalas el compás
de tu tierno corazón
para aumentar la pasión
como una lluvia de paz?.

EL MUNDO CRISTIANO EN IMAGENES
|