Un bello texto de la sabiduría de Israel nos dice: "Vete donde la hormiga, perezoso, mira sus andanzas y te harás sabio. Ella no tiene jefe, ni capataz, ni amo. Asegura en el verano su sustento, recoge su comida a tiempo. ¿Hasta cuándo perezoso estarás acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos cruzados. Llegará como vagabumdo tu miseria y como un mendigo tu pobreza.
El camino del perezoso es como un seto de espinos. La senda de los rectos es llana. Casi siempre la pereza brota de una pobre autoestima y de una fe y una esperanza muy débiles.
Con mucho entusiasmo te haces diligente y los ideales te motivan y te tornan animoso.
Vive para servir y no serás indolente. Los santos fueron dinámicos pensando en la brevedad de la vida.
- Gonzalo Gallo Gonzales