La nave de mis fieles sueños
naufraga en el mar de la vejez
cansada y golpeada
¡ya se hunde! ¡ya está muerta!
el mástil que la sustenta
se dobla débil y oxidado.
Ya se ha ido su alegría
ya sucumben sus pasiones
sólo vivencias quedan
de aquella nave llena de ilusiones.
Fueron días de tormentas vencidas
fueron redes de satisfacciones
allí nacieron canciones
poemas marinos y finos amores.
Se batió en gambeta con el mar picado
al iceberg de acero lo esquivó primero
la nave siempre alegre seguía
conociendo mundos
conquistando sueños...
Ya no existe en mar abierto
aquella nave de mi gran orgullo
aún añoro su vaivén marinero
aún no puedo olvidar sus rumbos.
En el puerto del olvido
sus recuerdos me bebo...
¡cuánto me duelen!
¡cuánto los siento!
¡ay cómo lastima la esencia anisada
de estos tragos amargos
de mis sueños muertos!