Mi sombra tiene miedos que yo comprendo,
Sospecha que de vientos está cubierto el cielo.
Y el temor que la domina viene acoplado a eso,
ella es terrestre, sólo toca el suelo.
Me siento a contemplarla y se parece a un perro.
Se une como puede y no me saca ni por momentos
su mirada sufrida, y continúa muda debajo de mi asiento.
Si el sol le da de pleno se pega a mi como protegiendo.
Ya en la tarde se relaja sin perderme un momento.
A veces me pregunto ¿Qué seentrá de ella?
La tarde que me decida a enfrentar el vio.