Gracias por esta promesa que renuevas cada día con nosotros, tu creación más perfecta.
Gracias Señor, porque ni a mis amigos, ni a mi familia, ni a mis hijos, ni a mí, nos falta la bendición constante de tu cuidado...
Gracias por guardarnos de todo mal... Por enviar tu ejército de ángeles a guardar todos nuestros caminos y permitirnos entrar en nuestros aposentos, con la bendición de ver nuestras vidas intactas...
Bendice hoy, como cada día, a cada una de estas personas que a través del monitor, me hacen llegar la seguridad de una amistad real y un cariño verdadero... Dales la seguridad de saber que tienes cuidado de ellas y hazles sentir tu amor constantemente.
Bendice a sus seres queridos... sus hogares... sus fuentes de trabajo... sus instituciones educativas... su entorno completo... y ayúdales, como a mí y a los míos, a andar seguros en tus caminos.
En tu nombre... y en el de tu amado Hijo Jesús... Gracias, Padre!