"Mi corazón está dispuesto, oh Dios; Cantaré y entonaré salmos"
"Si yo tuviese ocho horas para derribar un árbol,
gastaría seis horas afilando mi hacha."
(Abrahan Lincoln)
Tenemos 365 días en el año para realizar nuestros sueños,
para alcanzar grandes conquistas, para vencer los desafíos,
para alcanzar la tan ansiada felicidad.
¿Cuánto estamos dispuestos a gastar para lograr todo eso?
El gran secreto para evitar el fracaso en todos nuestros propósitos
es buscar la orientación, la dirección, la fuerza y la compañía
de Aquél que ya nos prometió que seríamos más que vencedores.
¡Es hora de que empecemos a afilar nuestras hachas!
Si anhelamos derribar el árbol de las dudas e incertidumbres, afilemos el hacha de nuestra fe.
Si los árboles de la angustia, de la desesperación y de la aflicción
impiden nuestra travesía en dirección a la paz y tranquilidad, deben ser abatidas
y, para eso, necesitamos afilar el hacha de nuestra esperanza.
Si el árbol del desánimo y de la falta de perspectivas
ha sido plantada en el camino de nuestra vida abundante, vamos a derribarla.
¡Afilemos, inmediatamente, el hacha de nuestra comunión con el Señor Jesus!
Nuestra confianza en Dios no puede ser estremecida.
Nuestras manos no pueden soltar, de manera alguna, las manos de nuestro Salvador.
Nuestros ojos deben estar fijos en Él y no pueden desviarse en ningún momento.
Si las crisis nos afrentan durante el año, serán abatidas y apartadas.
Al final, ¿qué son las crisis delante del poder y del amor de nuestro Dios?
¿Que son los árboles de las adversidades
delante de una hacha previamente afilada en el Señor?
Mi hacha está afilada... mi corazón está dispuesto...
Este año será un año de bendiciones para mí.
¿Y para tí?