Muestre a Jesús
Antes sed benignos unos con los otros, misericordios, perdónandoos unos a otros, como Dios también os perdonó a nosotros en Cristo. —Efesios 4:32
Yo espero mostrarle a cada persona a la que encuentro, el carácter de Jesús a través de mis palabras y de mis acciones. Oro porque cada persona que tiene cualquier tipo de contacto con nuestro equipo ministerial diga: "Esas personas están llenas de Jesús. Son pacientes, amables y dulces".
Somos recipientes capaces de ser llenados hasta rebosar con el Espíritu de Jesús, quien mora en nuestros corazones. Si nosotros comprendemos que a cualquier lugar que vayamos podemos demostrar Su carácter y Su virtud, seremos como dice la Palabra, luces en un mundo oscuros (Veáse Filipenses 2:15).
Jesús nos llamó la sal de la tierra (veáse Mateo 5:13). La sal le da sabor a lo que de otra manera sería soso e insípido. Sea hoy la sal, en su casa, en su trbajo, dondequiera que vaya.
Amado Padre celestial, te rogamos en el dulce nombre de Jesús que hoy nos ayudes a ser sal de la tierra, que seamos luz en este mundo oscuro, que podamos iluminar todo lugar donde haya tinieblas y podamos con nuestras palabras y acciones inspirar a otros que anhelen un caminar contigo, ayudanos a no ser más sensibles a la carne, sino solamente sensibles a Tu Espíritu y dejarnos guiar por Él para poder brillar e iluminar a todos aquellos que andan en la oscuridad, sufriendo, heridos, lastimados, enfermos, dolidos, hambrientos, sedientos, solos y desesperados, Señor, hoy deseamos que Tú nos uses para ser medicina para el enfermo, agua, para los sedientos, cobija para todo aquel que tenga frio, medicina para el enfermo, que podamos consolar así como Tú nos consuelas, que seamos un instrumento de tu amor, de tu paz, y del gozo que mana de ti podamos transmitirlo a todos aquellos que andan depresivos, Usanos conforme tu santa, perfecta y buena voluntad. en el nombre que es sobre todo nombre, en el nombre de Jesús. Amén
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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