Hola… ¿Te puedo quitar unos
minutos de tu valioso tiempo?
Cuando hayas hecho todo lo que esté
en tus manos para tratar de solucionarlos,
déjame el resto a mi… si te abandonas
en mi todo se resolverá con tranquilidad
según mis designios…
No te desesperes, no me dirijas
una oración agitada como si quisieras
exigirme el cumplimiento de tu deseo.
Cierra los ojos del alma y dime con calma:
Jesús, yo confío en ti…
Evita las preocupaciones y angustias
y los pensamientos sobre lo que pueda
suceder después…
No estropees mis planes queriéndome
imponer tus ideas… déjame ser Dios
y actuar con toda la libertad…
Abandónate confiadamente en mí.
Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro…
Dime frecuentemente:
“Jesús yo confío en ti” y no seas
como el paciente que le pide al médico
que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo.
Déjate llevar en mis manos, no tengas miedo…
¡Yo te Amo!
Si crees que las cosas empeoraron
se complican a pesar de tu oración,
sigue confiando, cierra los ojos del alma
y confía… Continúa diciéndome
a todas horas: “Jesús yo confío en ti”
Necesito las manos libres para obrar…
No me ates con tus preocupaciones inútiles,
satanás quiere eso agitarte, angustiarte,
quitarte la paz…
Confía sólo en mí, abandónate en mí,
así que no te preocupes, no te inquietes,
echa en mí todas las angustias
y duerme tranquilamente…
Dime siempre: “Jesús yo confío en ti”
y verás grandes milagros,
te lo prometo por mi amor..
Manda este mensaje a toda la gente
que puedas, si no lo haces, no tengas miedo,
no te caerá ninguna maldición, pero si lo haces,
habrás transmitido mi mensaje...
Y recuérdalo siempre…
“¡Confía en mí!”