Deshagò su dorlor y sus inquietudes.
Agonizaba por el pecado que habìa traìdo una oscura
nube sobre su alma.
Sinembargo en medio de sus momentos màs oscuros,
hubo regalos de gracia...de paz.
David dijo la verdad. Enfrentò sus temores, y al seguir
el camino correcto recibiò el regalo de la paz.
Creo sinceramente que esa paz profunda y abundante
es posible solo cuando
"todas las cartas", estàn sobre la mesa, delante del Señor.
No podemos tener paz si tratamos
de ocultar las verdades de nuestro ser delante de Dios.
Enfrentar nuestros temores màs
profundos implica hacer la paz con
lo que se ve, y con lo que no se ve, de nuestro ser.
Aprendamos a llevar todas las parte de nuestro ser,
a la presencia de Dios,
al cìrculo de su abrazo,
porque es allì donde se
encuentra la paz, que nuestra alma necesita..
"Asì que acerquèmonos
confiadamente al trono de
la gracia para recibir misericordia,
y hallar la gracia que nos ayude
en el momento que màs lo necesitemos"
Hebreos 4:16