Nunca hagas florecer una sonrisa diciendo: ¡te amo!...
para después hacer rodar una lágrima diciendo: ¡olvídame!...
Simplemente, porque el amor es más bonito que una
ilusión y tú podrías sentir la misma lágrima que
alguien ya lloró por ti…
Recuerda que la verdadera lágrima no es la que cae
de los ojos y resbala por la cara, sino la que duele en
el corazón y resbala por el alma...
Y esas lágrimas no necesitarán ser recordadas...
porque de él no se olvidarán...
Recordar es fácil para quién tiene memoria,
olvidarse es difícil para quién tiene corazón...
“Quien sabe amar jamás hace sufrir”…
(desconozco autor)
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