¿Dónde te fuiste mi amapola bella?

Te necesito conmigo tanto y no estás.

Sé que te encuentras dormida, apenada,

porque te olvide, descuide tu fiel realidad.

¿En algún lugar tú esperándome seguirás?

Ahora ya no alcanzo a tu ser, ni casi a verte.

Mi jardín lleno de matas tontas se me aparece.

Quizás eres tú, ésa, sonriente, tras el ajado geranio,

la que aún hoy con exquisito rubor me saludas.

Más no sé si espejismos sean los suaves cantos,

que levemente me arrullan y hacia ti me llevan.

Quizás tras duras batallas optaste por renovarte.

Irías a tu templo, de visita al hogar de los girasoles,

a ese campo que está tan pegadito al poblado.

Con paisanos especiales, caballerosos y nobles,

Compartiendo los rayitos de un sol bien amado.

Les pediste esa caricia del alma que no te llegaba ya.

Ese calor de verdad y ahí sí te ves más descansada.

¿Por qué te olvidaría a ti,

¿Cómo olvidaría así tu cálida y chispeante estela?

El tiempo en que tus pétalos me acariciaban fieles,

cuando subía a la inocencia y surcábamos sueños.

¿Dónde puse el candado que ciega a mis ojos?

¿A aquel que hizo descuidar nuestros momentos?

Recuerdas cómo era, juntas todo sentíamos tenerlo.

Esos pétalos aún me esperan, descansan en algún palacio,

en algún jardín travieso que se hace el no encontrado.

En cadencias del lenguaje silencioso, cristalino, humano.

Vuelve mi amapola bella, ya sé que hemos vivido tanto.

Pero princesita mía, no sufras más te pido, no es necesario.

Te daré las caricias que mereces y tantas veces olvide darte.

Ambas sabemos lo mucho que ya nos venimos necesitando

Vuelve a casa, déjame poder de nuevo abrazarte,

sentirte y susurrarte muy bajito al oído mis desvelos.

No quiero ser sin ti, no puedo más resignarme a no verte.

Estás prendida a mi corazón, y si nos amigamos, vuelves....

Tú, mi florecita bella, mi niña interior, mi ilusión plena.

Dejemos atrás todas las lágrimas encajonadas te pido,

no nos separemos, no nos enfademos, ¡para qué eso!

Verás como pronto el mundo comienza a girar de nuevo,

te cuidare tanto que hasta de vuelta saldrá el sol a aplaudir.

Entonces lo abrazaremos juntas y brillará sonriendo.

Ya estamos cerca lo presiento, tan sólo tú ahora...