Camino y tropiezo por una línea delgada de sentimientos... Ayer tropecé con la tristeza, hoy con la soledad y mañana será la nostalgia. Ya mi cuerpo no reacciona ni al frío de la madrugada y por dentro me seco como una hoja caída de un árbol. Mis pasos no consiguen tener rumbo; aunque mi corazón tiene marcado un camino, camino que hay veces es oscuro como un cielo nublado. Ya no siento saltos en el pecho, ya no quiero pensar en él, será que al recordarlo empiezo a extrañarlo y es peor mi castigo.
Quiero dejar de huir de mi realidad, quiero ser libre de mis defectos y poder volver a vivir en él, pero tengo marcado mi ser por mis demonios y no puedo perdonar lo que nunca arreglé. Dejaré morir mi espíritu para que Dios me regale uno perfecto y así dejar de sentirme casi muerta y otra vez vivir por amor.