Piensa que todos los fenómenos son como sueños...
«Fenómenos» significa todo lo que ves,
todo lo que experimentas.
Todo lo que se puede experimentar son fenómenos.
Recuerda, no sólo los objetos del mundo son fenómenos
y sueños, sino también los objetos de la conciencia.
Los fenómenos pueden ser objetos del mundo
o pueden ser objetos de la mente.
Pueden ser también fabulosas experiencias espirituales.
Tú siempre eres el que ve y no lo visto,
siempre eres el experimentador y nunca lo experimentado,
siempre el testigo y nunca lo observado.
Todo lo que se puede observar, ver, mirar, son fenómenos.
Fenómenos materiales, fenómenos psicológicos, fenómenos espirituales.
Todo es lo mismo.
No hay necesidad de hacer distinciones.
Recuerda lo básico: aquello que pueda ser visto es un sueño.
Piensa que todos los fenómenos son como sueños...
Ésta es una técnica absolutamente poderosa.
Empieza a contemplar de esta manera:
si andas por la calle,
piensa que las personas que pasan son sueños.
Que las tiendas y sus comerciantes y los clientes
y la gente que viene y que va son todos sueños.
Las casas, los autobuses, el tren, el avión, son todos sueños.
Te sorprenderás inmediatamente.
Algo de tremenda importancia sucede en tu interior.
En el momento en que piensas que «todo son sueños»,
de repente, como un destello, algo se hace patente:
«Yo también soy un sueño.» Porque si lo visto es un sueño,
¿quién es el «yo»? ¿Pero que parte del Yo es un sueño?
El ego es la respuesta.
Si lo observas todo como si fuera un sueño,
de repente descubrirás
que algo se está escapando de tu ser: la idea del ego.
Esta es la mejor manera de dejar el ego, y la más fácil.
Inténtalo.
Medita de esta manera.
Meditando así, una y otra vez, un día sucede el milagro:
miras hacia adentro y ya no encuentras al ego allí.
El ego es un producto derivado,
un producto derivado de la ilusión
de que lo que ves es verdadero.
Si piensas que los objetos son verdaderos,
entonces el ego puede existir.
Se trata de un producto derivado.
Si piensas que los objetos son sueños, el ego desaparece.
Una vez que has visto desaparecer al sueño
—como consecuencia de haberte vuelto consciente de él—
la cualidad de tu conciencia tiene una nueva fragancia.
A la mañana siguiente te despertarás
con una cualidad totalmente diferente y desconocida.
Despertarás por primera vez.
Ahora sabrás que todas las otras mañanas eran falsas.
No estabas verdaderamente despierto.
Los sueños seguían.
La única diferencia era que por la noche
soñabas con los ojos cerrados
y por el día con los ojos abiertos.
Vivimos en un sueño.
Estamos dormidos,
incluso cuando pensamos que estamos despiertos.
No lo olvides.
Extracto del libro de la Sabiduría
OSHO
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