A tí que estás sentado en tu sillón, atento, o distraido, te reclamo; quiero que hagamos vida esta canción, que a Dios vayamos juntos de la mano.
Hasta ahora sólo hablamos en teoría de un mundo que sería más cristiano, de un mundo que será sólo teoría si tú y yo, ahora no hacemos nada por cambiarlo.
De poco servirán nuestros esfuerzos, si en la calle no hacemos que se noten las palabras que lanzamos a los vientos; que Cristo sigue vivo en cada hombre.
Ya no valen ni «peros» ni disculpas, que Cristo no es alguien con quien se juega. Si nuestro mundo no cambia solamente será culpa de quien diciendo «sí» luego reniega.
A ti que estás sentado en tu sillón, quisiera que no olvides este rato. Dios ha pasado por este rincón, y quiere que a él vayamos de la mano.
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