Se cuenta la historia de gemelos idénticos:
uno lleno de optimismo que a menudo solía decir:
¡Todo está saliendo color de rosas!
y el otro, un pesimista triste y sin
esperanza que de continuo esperaba
que sucediera lo peor.
Los padres preocupados por los gemelos
los trajeron a un psicólogo,
con la esperanza de que él pudiera
ayudarlos a balancear sus personalidades.
El psicólogo sugirió que en el próximo
cumpleaños de los gemelos,
los padres los pusieran en habitaciones
separadas para abrir sus regalos.
-Dénle al pesimista los mejores
regalos que puedan comprar -
les dijo el psicólogo-
y al optimista una caja de estiércol.
Los padres hicieron como se les dijo.
Cuando miraron a hurtadillas al gemelo pesimista,
lo escucharon quejarse:
-No me gusta el color de este juguete
. ¡Apuesto a que este juego se va a romper!
No me gusta jugar a este juego.
¡Conozco a alguien que tiene uno mejor que este!
Atravesando de puntilla el pasillo,
los padres miraron a hurtadillas y
vieron a su hijo optimista,
que con alegría tiraba al aire el estiércol.
Se estaba riendo mientras decía:
-¡No puedes engañarme!
¡Donde hay estiércol,
tiene que haber un caballo!
¿Cómo estás mirando la vida hoy?
¿Cómo un accidente que está esperando por suceder,
o una bendición a punto de ser recibida?
La gente más feliz no necesariamente
tiene lo mejor de todo...
Ellos hacen lo mejor de las cosas...