Home  |  Contact  

Email:

Password:

Sign Up Now!

Forgot your password?

Amigosdeaquiydeallacompartiendo
 
What’s New
  Join Now
  Message Board 
  Image Gallery 
 Files and Documents 
 Polls and Test 
  Member List
 General 
 ♥.·:*BIENVENIDO AL GRUPO*:·. ♥ 
  
 Presentate aqui 
  
 Cartelitos para responder 
 Dia de la semana 
  
 Amparito--clase psp 
 Tutoriales varios 
  
 Poemas 
 Reflexiones 
 Fondos listos 
 Retos 
 Hogar-Varios 
 Buzones personales ... 
  
 
 
  Tools
 
General: LA PALABRA DIARIA MES DE JUNIO
Choose another message board
Previous subject  Next subject
Reply  Message 1 of 3 on the subject 
From: Tatisverde  (Original message) Sent: 23/06/2014 17:16
Confiar
 
Abro mi vida para confiar en la sabiduría de Dios.

Aveces, puede ser difícil para los seres humanos confiar los unos en los otros. La confianza requiere cierto nivel de entrega y estar dispuestos a ser vulnerables. Para aprender a confiar, comienzo por tener fe en lo Divino en mí.

Al poner mi confianza en Dios, nunca perderé mi camino. Esto no significa que adoptaré una actitud pasiva. Por el contrario, significa que estaré alerta a la sabiduría y el discernimiento, al amor y a la belleza, a la verdad y al orden divino.

El Espíritu me guía a la gente y a las experiencias que me bendicen, y encontraré personas con quienes me siento cómodo compartiendo mis pensamientos, ideas y sentimientos. Al confiar, un mundo de bendiciones se abre para mí.

En el día que temo, yo en ti confío.—Salmo 56:3  
                                                                                            
Confiar
 
Abro mi vida para confiar en la sabiduría de Dios.

Aveces, puede ser difícil para los seres humanos confiar los unos en los otros. La confianza requiere cierto nivel de entrega y estar dispuestos a ser vulnerables. Para aprender a confiar, comienzo por tener fe en lo Divino en mí.

Al poner mi confianza en Dios, nunca perderé mi camino. Esto no significa que adoptaré una actitud pasiva. Por el contrario, significa que estaré alerta a la sabiduría y el discernimiento, al amor y a la belleza, a la verdad y al orden divino.

El Espíritu me guía a la gente y a las experiencias que me bendicen, y encontraré personas con quienes me siento cómodo compartiendo mis pensamientos, ideas y sentimientos. Al confiar, un mundo de bendiciones se abre para mí.

En el día que temo, yo en ti confío.—Salmo 56:3  
                                                                                            


First  Previous  2 to 3 of 3  Next   Last  
Reply  Message 2 of 3 on the subject 
From: Amparito 09 Sent: 25/06/2014 12:54
Confiar
 
Abro mi vida para confiar en la sabiduría de Dios.

Aveces, puede ser difícil para los seres humanos confiar los unos en los otros. La confianza requiere cierto nivel de entrega y estar dispuestos a ser vulnerables. Para aprender a confiar, comienzo por tener fe en lo Divino en mí.

Al poner mi confianza en Dios, nunca perderé mi camino. Esto no significa que adoptaré una actitud pasiva. Por el contrario, significa que estaré alerta a la sabiduría y el discernimiento, al amor y a la belleza, a la verdad y al orden divino.

El Espíritu me guía a la gente y a las experiencias que me bendicen, y encontraré personas con quienes me siento cómodo compartiendo mis pensamientos, ideas y sentimientos. Al confiar, un mundo de bendiciones se abre para mí.

En el día que temo, yo en ti confío.—Salmo 56:3  
                                                                                            

Reply  Message 3 of 3 on the subject 
From: pupis Sent: 27/06/2014 03:48
Lectura del segundo libro de los Reyes (24,8-17):
    jueves-26-06-2014

Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén. Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre. En aquel tiempo, los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la cercaron. Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando sus oficiales la tenían cercada. Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su madre, sus ministros, generales y funcionarios. El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado. Se llevó los tesoros del templo y del palacio y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo según las órdenes del Señor. Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos –diez mil deportados–, los herreros y cerrajeros; sólo quedó la plebe. Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia. Llevó deportados, de Jerusalén a Babilonia, al rey y sus mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, todos los ricos –siete mil deportados–, los herreros y cerrajeros –mil deportados–, todos aptos para la guerra. En su lugar nombró rey a su tío Matanías, y le cambió el nombre en Sedecías.

Palabra de Dios
                                                                                         


 
©2025 - Gabitos - All rights reserved