Todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena [...] y esta se derrumbó.
Mateo 7:26-27

Hoy terminamos los veintiún días y sé que mi Dios nos ha dado tremendas armas, instrucciones y doctrinas para que seamos felices mediante la obediencia. Si no leíste estos veintiún días, léelos cuando puedas.

Hay cosas sencillas y prácticas que nos dejó Dios y que estoy segura que, si las aplicamos, daremos mejores frutos.

Este último llamado de nuestro Padre tiene que ver con lo más importante: La base de todo lo que hacemos, o sea, la estructura que determinará nuestra vida.

¿Dónde vamos a construir? ¿Sobre la arena o sobre la Roca que es Cristo?

La vida construida sobre la Roca resistirá cualquier ataque, tormenta y desafío que se presente en nuestro diario vivir.

Por favor, dejemos la vida trivial.

Dejemos de vivir a nuestra manera y de tomar decisiones que distorsionen lo que Dios ya planeó para cada uno de nosotros.

Aprendamos de una vez por todas de las equivocaciones y de los golpes que hemos sufrido. Luego, permitamos que nuestro Señor nos dé esos cimientos para ser absolutamente felices en Cristo.