DEJAME EN EL AIRE UN BESO...
Déjame en el aire un beso…
ese beso siempre ha de llegar,
en mis mañanas y al despertar,
cuando el viento logra mi boca rozar.
Déjame en el aire una tierna caricia…
la he de sentir cuando me abrace la brisa,
sin arrogancia y sin prisa.
Tú eres para mí ese delicado lazo
que me ata a tu regazo
y me llevas de paseo a tu universo,
a tu poesía… a tu verso…
y yo lo gozo en paz y sin esfuerzo.
No dejes morir nunca los sueños,
ni envejecer la esperanza.
No olvides que todo se vuelve opaco y gris,
cuando el alma no es feliz.
Yo tengo un fino cántaro,
lleno de agua florida
donde guardo las cosas más queridas,
allí está el sonido de tu voz y la palabra de DIOS…
¿Cómo no agradecer este amor...
que nos regaló a los dos?
fue tan celestial,
que se convirtió en una historia de amor sin final
¡cuanta dicha y cuanta gloria vive ya
en nuestra memoria!
Pero si ya no has de regresar, no te debes preocupar,
el amor ya lo he vivido y permanece conmigo
¡es sólo mío!
Nada ni nadie me podrá quitar del alma
lo que celosa supe guardar
¿sabes?
Esa…
esa es mi forma de amar.
Por eso, ¡déjame en el aire un beso!
y no olvides que por ti yo siempre rezo…
MARÍA OFELIA REIMUNDO
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