Las
experiencias positivas son la vitamina para el alma. Así como el cuerpo
se debilita y enferma al faltar alguna vitamina, el alma también
necesita de determinadas vitaminas para poder sobrevivir. Las vitaminas
de las experiencias positivas dejan el alma con mucha fuerza, pues no
hay poder más grande que el otorgado por la experiencia. Cuando se
experimenta alguna cosa, se aprende mucho más que miles de libros y esto
hace con que uno pueda encarar la vida con toda su realidad, y quererla
profundamente.