Con
cuánta inconsciencia vamos transitando nuestra vida día a día, mes a
mes, año a año... protestando por lo que no está, sin disfrutar lo que
sí...
Un día la vida da un vuelco -un gigante le da una patada
a la mantita que sostiene nuestras vidas-, nos cambia todo, hasta la
geografía, el cielo sigue siendo el mismo, pero el paisaje desde la
ventana ya no lo es...
Entonces, como retazos parcheando la
mantita de la vida, nos vamos cosiendo al alma esos recuerdos y
vivencias que dejamos atrás, cuando no éramos conscientes, cuando no
teníamos ni peregrina idea de lo que el mañana nos traería, cuando
hacíamos planes y el mundo se nos quedaba chiquito para albergar
nuestros sueños...
Cuánto no daríamos a veces por poder volver atrás y vivirlo todo de nuevo... despacito, saboreándolo, dándonos cuenta...
Cierto, no se puede dar marcha atrás al reloj... pero se le puede dar cuerda nuevamente...¡¡¡
( de la red)