OH SEÑOR,
Tú me has escudriñado y conocido.
2 Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;
Desde
lejos comprendes mis pensamientos.
3 Tú escudriñas mi senda y mi descanso, Y conoces bien
todos mis caminos.
4 Aun antes de que haya palabra en mi boca, OH SEÑOR, Tú
ya la sabes toda.
5 Por detrás y por delante me has cercado, Y Tu mano
pusiste sobre mí.
6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
Es muy
elevado, no lo puedo alcanzar.
7 ¿Adónde me iré de Tu Espíritu, O adónde huiré de Tu
presencia?
8 Si subo a los cielos, allí estás Tú; Si en el Seol
preparo mi lecho, allí Tú estás.
9 Si tomo las alas del alba, Y si habito en lo más
remoto del mar,
10 Aun allí me guiará Tu mano, Y me tomará Tu diestra.
11 Si digo: "Ciertamente las tinieblas me envolverán, Y
la luz a mi alrededor será noche;"
12 Ni aun las tinieblas son oscuras para Ti, Y la noche
brilla como el día. Las tinieblas y la luz son iguales
para Ti.
13 Porque Tú formaste mis entrañas; Me hiciste en el
seno de mi madre.
14Te daré gracias, porque asombrosa y maravillosamente
he sido hecho; Maravillosas son Tus obras, Y mi alma lo
sabe muy bien.
15 No estaba oculto de Ti mi cuerpo, Cuando en secreto
fui formado, Y entretejido en las profundidades de la
tierra.
16 Tus ojos vieron mi embrión, Y en Tu libro se
escribieron todos Los días que me fueron dados, Cuando
no existía ni uno solo de ellos.
17 ¡Cuán preciosos también son para mí, OH Dios, Tus
pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos!
18 Si los contara, serían más que la arena; Al despertar
aún estoy contigo.
19 ¡Oh Dios, si Tú hicieras morir al impío! Por tanto,
apártense de mí, hombres sanguinarios.
20 Porque hablan contra Ti perversamente, Y Tus enemigos
toman Tu nombre en vano.
21¿No odio a los que Te aborrecen, SEÑOR? ¿Y no me
repugnan los que se levantan contra Ti?
22 Los aborrezco con el más profundo odio; Se han
convertido en mis enemigos.
23 Escudríñame, OH Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y
conoce mis inquietudes.
24Y ve si hay en mí camino malo, Y guíame en el camino
eterno.