La
felicidad sólo depende de nosotros, más allá de todo lo material que
muchas veces nos gratifica pero que solo logra esa alegría transitoria
sobre lo adquirido... Estamos viviendo momentos cargados de incertidumbre, de miedos, de temor. Estamos dudando a diario sobre el verdadero significado de la vida, estamos dejando de creer... Si
observamos al hombre nos encontramos con un ser que sólo busca su
satisfacción personal a través de la obtención de logros y objetivos que
en la mayoría de los casos están ligados con lo material, con el dinero
y pocas veces nos encontramos descubriendo a un hombre preocupado por
ser mejor persona, o tratando de ser feliz con las cosas cotidianas, las
de todos los días. En este ir y venir, en este mundo plagado de
ambiciones las palabras honestidad, solidaridad, amor y bien parecen
estar un poco olvidadas y no reparamos en que ellas son las puertas que
al abrirlas nos conducen a una vida mejor. Los grandes proyectos
necesitan de la fusión del bien, de la honestidad, de la solidaridad y
por sobre todo del amor al prójimo para ser exitosos. Debemos creer
en la vida más allá de todo lo que suceda, y por sobre todo dar un
mensaje claro a nuestros hijos para que ellos descubran el verdadero
camino hacia la felicidad.
Graciela De Filippis
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