Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero luego comprendes que si no las hubieras superado, nunca hubieses realizado tu potencial, tu fuerza o el poder de tu corazón.
Todo pasa por una razón en la vida. Enfermedades, heridas, ausencias, amores que se quiebran, momentos perdidos de grandeza o puras tonterías.
Todo ocurre para probar los límites de tu alma. Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién asfaltada, suave y lisa, pero que no conduce a ninguna parte.
Aún se puede aprender de las malas experiencias. Es más, quizá sean las más significativas en nuestras vidas.
Si alguien te hiere o te traiciona, dale las gracias porque te ha dado la oportunidad de perdonar, y a tener más cuidado de escoger a quién le abres tu corazón.
Si alguien te ama, ámalo tu también, no porque te ame sino porque te ha enseñado a amar y a ver las cosas pequeñas de la vida.
Permítete enamorarte, liberarte y poner la vista en un lugar bien alto.
Repítete a ti mismo que eres un individuo magnífico y ¡CRÉELO!.
Si no crees en ti mismo, nadie lo hará. Crea tu propia vida y ¡VÍVELA!.
arriésgate a ser lo que eres.
Autor Desconocido
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