La vida que no florece
y es esteril y escondida,
y ni fecunda ni crece
es vida que no merece
el santo nombre de vida.
La vida es campo que espera
que lo cruce la mancera,
y lo renueva la azada
y es bregar de sementera
Mas no temas a la vida,
que si la cumbre es erguida
y es peligroso el atajo
el cariño y el trabajo
hacen dulce la subida.
Quiero que la vida mía,
no sea un germen enfermo
en tierra rasa y bravía;
quiero remover el yermo
y hacer fecunda la cría.
Quiero hacer bien en mi vida
para sentir en mi pecho
esa dulzura escondida
que engendra la indefinida
satisfacción del bien hecho.
Compartir quiero mis días
con otras almas hermanas
y partir mis alegrías,
que en lo que tienen de humanas
tan suyas son como mías...
José María Pemán
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