Aprendamos de las dificultades
En la vida podemos ser golpeados con piedras tan grandes
que nos dejen
magulladuras y cicatrices tan grandes que con dificultad
nos podremos levantar.
Con cada golpe uno se cae, pero Dios siempre nos recoge.
Él nos quita esas piedras
de encima y nos ayuda caminando junto a nosotros
tomándonos de la mano.
La vida estará llena de pruebas y dificultades.
Las llamo tormentas -
tormentas que pueden consumir tanto de nuestra vida,
tormentas que nos dejan
aferrándonos con toda nuestra fuerza, esforzándonos
por no soltar, luchando por sobrevivir.
Algunos de nosotros somos probados más duramente
que los demás pero los fuertes
que sobreviven estas tormentas son los que resultan
victoriosos. Hay un sentimiento
maravilloso que viene con la victoria de la fortaleza, perseverancia,
determinación y en especial de toda fidelidad a Dios.
Con cada caída… con cada golpe… se aprende una lección.
Con cada lección viene el crecimiento. Con el
crecimiento viene la madurez.
Aprendemos a no lamentar la dificultad, sino a estar
agradecido por ella. Debido a ella nos volvemos mejores.
No debemos voltearnos a mirar a nuestros errores pasados.
Tenemos que tomar esos errores como parte de
nuestra travesía hacia un mejor
futuro. Necesitamos abrazar esas experiencias
y permitirles moldearnos
en lo mejor que podemos ser. Nadie sabe lo que la vida traerá.
Cada día vendrá con sus propios desafíos,
pero necesitamos ser fuertes
creyendo que Dios nos sacará adelante. Recordando
su promesa de paz y fidelidad.
Claudio Valerio