SABER PARAR
Parar es muy importante. Para poder arreglar nuestra mente hemos de aprender
a pararla. Parar la mente no quiere decir no pensar nada. Esto es muy
difícil, por no decir imposible.
Para observar la mente, para modificarla, para cambiarla, para tomar
conciencia de uno mismo, para no ir siempre de una cosa a otra, lo cual no
nos sirve de nada, hemos de buscar un rincón de nuestra casa donde poder
relajarnos.
Para relajarnos sólo necesitamos una silla, siempre la misma, da lo mismo
hacia dónde esté orientada, pero sí que es importante que siempre esté en el
mismo lugar. Una vez sentados dedicaremos, cada día, un mínimo de dos a
cinco minutos para nosotros. Vale más dos minutos cada día que una hora cada
semana. Son dos minutos para pararnos y escuchar nuestra respiración. Aunque
esto ya sea un pensamiento, es romper con todo para estar solamente
pendientes de cómo respiramos. Luego podemos escuchar nuestro cuerpo,
empezando por la cabeza e ir bajando siendo conscientes en cada momento de la
parte del cuerpo que observamos.
También es bueno para en el momento de irnos a la cama. Deberíamos dejar
todas las preocupaciones en un rincón, ya que pensar en estas cosas nos hace
daño y no nos deja descansar y, naturalmente, al día siguiente nos
levantamos cansados. Por lo tanto, en lugar de acostarnos pensando en los
problemas, deberíamos pensar en los momentos buenos que hemos tenido y, si
no tenemos, sencillamente concentrarnos en nuestra respiración, rezas, pero
no rezar con angustia , sino estar unidos a Dios con esperanza y, con ello,
hallaremos la paz y aunque durmamos menos horas, descansaremos mejor.
Parar no es aislarse del mundo. Es sencillamente entrar dentro de nosotros
para conocernos mejor y, de esta manera poder cambiar o suprimir todo lo que
no nos deja ser felices.todo lo que nos estorba!!
Desconozco el autor