La tierra está llena de vida.
La tierra está llena de vida. Los bosques, las plantas, los animales, los peces del mar, los pájaros del cielo, la vida está acompañando este universo, y todos estarán asistidos por la vida, los árboles, los vegetales, las plantas, los peces, todos los animales. Todos están asistidos y acompañados por una vida que no les deja, por una vida que no fenece, por una vida que no acaba.
La vida nunca ha abandonado este cosmos. La vida nunca se ha desinteresado de este Universo. La vida siempre se eterniza.
En el silencio uno se abre a esta vida, porque se abre esta presencia íntima. En el silencio ábrete a la vida!. La vida lo ha alumbrado todo, no hay más que recibirlo, no hay más que estar atento, no hay más que darse cuenta, la vida brota en el cosmos, día a día, la vida brota en esta tierra, cada día, en cada estación, la vida se siente, la vida no se piensa. A veces nosotros, no hacemos más que pensar en la vida, pero pensar en la vida no es vivirla, la vida es para sentirla, la vida es para tocarla, la vida es para dejarse atravesar por ella, la vida no se mete en unos conceptos; meter en unos conceptos la vida es casi encarcelarla, es como infartarla, es como limitarla.
A la vida hay que dejarla suelta, a la vida hay que dejarla libre, la vida queda libre en el silencio, la vida queda en holgura y en libertad cuando uno verdaderamente hace silencio, entonces la vida se expande, se expansiona más allá de nuestras previsiones, más allá de nuestra esperanza. Pero nosotros seguimos empeñados en pensarla, en reflexionarla, en encarcelarla, es un modo de aprisionar la vida, es un modo de recortar la vida, es un modo... casi, casi... de infartar la vida.
No somos nosotros los que guiamos a la vida. A veces nosotros, en este empeño, que preside muchos de nuestros movimientos quisiéramos reconducir la vida, reconducir el amor. En el silencio vas a aprender que la vida no se conduce, nos conduce la vida, nos guía la vida, como no podemos conducir el amor, no podemos maniobrar sobre el amor, es mejor dejarse guiar, es mejor dejarse conducir, dejarse llevar, ser dóciles al amor, es mejor también dejarse conducir y dejarse llevar por la misma vida, es mejor dejarse guiar por el silencio, es mejor dejarse llevar por él, es bueno ser dóciles al silencio.
Ser dóciles al silencio es como ser discípulos del silencio, ser discípulos del silencio significa... ser libres para vivir.
En el silencio y la calma interior dejar que la vida vaya manando, dejar que la vida crezca, que la vida se desarrolle, que la vida disfrute de libertad, en el silencio y la paz interior se borran todos los recortes que pueden aprisionarla, en el silencio y la paz se crea la atmósfera libre y propicia para la vida.
J.F.Moratiel.