Meditando
Para quienes puede parecer nuevo. Encontré una hermosa manera de ejercitar la meditación.
En interacción con las cosas que nos rodean. Parece tan fácil; que puede sorprender.
Es una energía muy sutil. Sería equivocado la espera de algún resultado concreto.
La única recompensa es el placer de la propia meditación.
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Siente más y más . . . permite al cuerpo tener toda la sensibilidad de que sea capaz.
Recupéralo, rescátalo y permite que tenga más cambios para así poder sentir su esencia.
Por ejemplo, cierra los ojos de vez en cuando y recuéstate en el suelo . . .
siente la tierra pegada al cuerpo. No pienses en nada, siente nada más.
Vete al río o al mar y entra en el agua, échate sobre la arena. Acuéstate al sol.
Abre tus sentidos . . . con sensualidad. Cuando comas pan, primero siéntelo con el tacto . . .
ponlo sobre la mejilla y sién-telo, huélelo. Deja que el cuerpo lo conozca primero.
Después saboréalo . . . cierra los ojos y deja que el sabor se expanda alrededor.
No tengas prisa; no lo engullas de una vez.
Disfrútalo . . . mastica bien; porque este pan va a convertirse en tu cuerpo.
No dejes pasar la oportunidad. Este pan es tu cuerpo potencial.
Recíbelo, dale la bienvenida y al cabo de unos meses tendrás un cuerpo distinto.
Un día el cuerpo te dirá –de una manera distinta- con sólo sentir el alimento, si es bueno o malo para ti.
Si comes con diferente mentalidad, con diferente actitud, bebes agua de la misma
manera y recuerdas tener siempre más sensualidad, pronto notarás
que el cuerpo había estado como muerto en muchas zonas.
Te sientes revivir como si hubieras sido un león dormido que ahora despierta,
extiende las patas, estira el cuerpo. Notarás la misma sensación de despertar a la vida.
Casi como una resurrección.
(Osho
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