Con el poder de la imaginación, visualizo nuevas posibilidades en mi vida.
Charles Fillmore enseñó que la imaginación es “la facultad de la mente que da forma al pensamiento”. La imaginación es el poder que me ayuda a superar los retos en mi vida y la facultad que aviva la sabiduría de Dios en mí. Fortalezco mi imaginación por medio de una práctica sencilla: pensar conscientemente fuera de los límites establecidos.
Practico hacer las cosas de maneras nuevas, diferentes y alegres. El juego imaginativo puede ser cultivado coloreando, coleccionando fotos y palabras que me inspiren y llevando un diario. Tales actividades dejan ir las limitaciones e invitan a la inspiración. Gracias al poder de la imaginación, visualizo nuevas posibilidades de bien en mi vida.
¿Qué debo hacer? … orar con el espíritu, pero también con el entendimiento; cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento.—1 Corintios 14:15
Estoy en paz —yo soy uno con la presencia del Ser puro.
Jesús enseñó las nuevas maravillosas de que toda la gente es una con Dios. La paz interna surge cuando cambio el enfoque de lo externo a lo interno —a la presencia de Dios en mí. Si trato de sentir paz basado en los conceptos del mundo, probablemente ésta no será duradera.
Todo cambia constantemente a mi alrededor. Sin embargo, tengo acceso a la Fuente de paz infinita e inmutable en cualquier momento. Adopto la práctica diaria de alinear mi mente, cuerpo y alma con la conciencia crística. La oración y la meditación me proporcionan acceso a mi paz interna.
Estoy en paz —yo soy uno con la presencia del Ser puro.
En aquel día ustedes sabrán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí, y que yo estoy en ustedes.—Juan 14:20
Presto atención a mi sabiduría interna y sigo la guía divina.
La sabiduría es un don, parte de mi composición espiritual. Cuando enfrento lo incierto, recurro a mi sabiduría interna. Al seguir mi guía, mis decisiones son certeras. La intuición divina me dirige siempre hacia lo que es correcto para mí.
Utilizo mi don de la sabiduría para tomar decisiones —grandes y pequeñas: comer saludablemente, utilizar mis recursos sabiamente, elegir el trabajo que me llena y bendice. Al permanecer atento a la Presencia divina, mi sabiduría aumenta. Confío en que este poder interno me ayuda a discernir lo correcto, dotándome con buen juicio para tomar el mejor curso de acción. Doy gracias por la presencia de Dios en mí. Presto atención a mi sabiduría interna y sigo la guía divina.
¡Déjense de tonterías, y vivan! ¡Sigan el camino de la inteligencia!—Proverbios 9:6