REIRSE DE UNO MISMO
Reírse de uno mismo es la mejor terapia para el bienestar humano.
Y lo más preocupante es que hoy en día está en desuso.
El sentido del humor no tiene hueco en la veloz vida que nos acecha a diario.
Deberíamos empezar a cultivarlo y la base reside en la capacidad
de soltar una carcajada a nuestra costa.
Encontrar un lado divertido en nosotros mismos
nos hace reconciliarnos con nuestro cuerpo y mente,
nos ayuda a liberar tensiones, iras, vergüenzas, tristezas, culpas.
El objetivo es encontrar esa chispa cómica que mejore nuestro ánimo,
y en consecuencia, todo lo que nos rodea. La vida es saber reír.
Pero esto encuentra muchos muros en su camino,
el más importante denominado comúnmente como
“sentido del ridículo”.
¿Quién no ha deseado gritar alguna vez la famosa frase:
“Tierra trágame”?.
Eliminemos los bochornos que nos hacen querer escondernos bajo la mesa.
Riámonos de ellos como si los viéramos desde fuera.
Borremos traumas y negativismos egocéntricos,
que giran en espiral y nos incitan disparatadamente a querernos
cada vez un poco menos.
Aprendamos del humor, de lo lúdico, de lo chistoso,
de lo peculiar, de lo ridículo. Dejémosles que nos enseñen a reír.
A vivir.
d/a