Ya llegó el Verano y éste nuevo día
las gracias inmensas le doy al Señor
un sinsonte brinda dulce melodía
preñada de arrullos y melancolía
ante la mirada del cálido sol.
Luego contemplando el azul del cielo
veo cuando las nubes sigilosas llegan
buscando refugio donde descargar
su preciado riego que es nuestro consuelo
que lleva a las flores, montes y arroyuelos
la vida y frescura que alegre nos da.
Más tarde comienzo mi diaria faena
hilvanando versos que quieren volar
con nostalgia atada a mansa cadena
y los acompaño en su triste pena
que sólo el poema logra mitigar.
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