Por la luz de tus ojos,
yo daría todo el fuego de mi alma siempre amante,
daría mi vida por sentirte mío
y tenerte entre mis brazos un instante
Dame tu amor para que sea mi guía,
déjame recrearme en tu semblante,
besar tu boca que mi boca ansía,
con fiebre loca y delirio amante,
Y así vagando
con tu luz tan pura,
no temeré vagar por ignotos caminos de amargura
y te guardaré en mi pecho
cual santo relicario.