Aunque mi amor nunca obtenga
el premio de tus besos,
yo misma he de quererte
sin palabras y en secreto,
como aman los que sufren
los que quieren en silencio,
porque te llevo en el alma
como si fuera un sueño.
Benditas sean las horas
que me traen tus recuerdos,
cuando a solas en mi cuarto
sin mirarte yo te veo, y ese
viaje inalcanzable, que se llama
pensamiento,
que me sigue a todas partes
y me grita que te quiero,
porque tú me has enseñado
a quererte desde lejos,
con los ojos, con el alma,
sin palabras y en secreto...
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