La niñez... ese mundo de magia y caramelo,
donde guía los pasos, nuestro Ángel Guardián.
Donde anidan los sueños translúcidos, etéreos
y con duendes traviesos, desmigamos el pan.
La niñez, ese cielo de caminos ingenuos
en que, con la inocencia se puede transitar.
La de dientes de leche y manos pegajosas,
la de ojos asombrados aún... ¡sin contaminar!
La que estalla en la risa, cual cascabel del cielo
o se quiebra en mil lágrimas de fulgente cristal.
La de juegos y cuentos con dulzor de ternura,
la de las golosinas, con tibieza de hogar.
¡Niñez!...Burbuja plena de soles y recuerdos
en que nos abstraemos cuando, cansados ya,
del nefasto presente que nos hiere y agobia,
buscamos...¡Un remanso, para no claudicar!
Ana María Sanchis
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