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Pureza amada, que mis ojos nunca llegaron a gozar. ¡Pureza absurda!
Yo sé que estabas en la carne un día, cuando yo hilaba aún mi embrión de vida. Pureza en falda neutra de colegio; y leche azul dentro del trigo tierno a la tarde de lluvia, cuando el alma ha roto su puñal en retirada, cuando ha cuajado en no sé qué probeta sin contenido una insolente piedra, cuando hay gente contenta; y cuando lloran párpados ciegos en purpúreas bordas.
Oh, pureza que nunca ni un recado me dejaste, al partir el triste barro, ni una migaja de tu voz; ni un nervio de tu convite heroico de luceros.
Alejaos de mí, buenas maldades, dulces bocas picantes...
Yo la recuerdo al veros ¡oh mujeres! Pues de la vida, en la perenne tarde, nació muy poco ¡pero mucho muere!
Cesar Vallejo
Fondo by Taty @ 2017 |