COMENZANDO DE NUEVO
A los cuarenta y tres años de edad,
Luis sintió que había llegado el momento
de devolverle algo a la comunidad,
por lo cual se enroló como voluntario
en un programa para alimentar
a los que carecían de un techo en las calles.
Rápidamente se encontró aconsejando
a las familias que venían por alimentos,
dirigiéndolos a lugares en los cuales conseguir refugio
y ayudando a varios hombres a encontrar trabajo.
Los encargados del programa
le dijeron que tenía talento
para trabajar con la gente
y lo animaron a desarrollarlo.
Luis había estado trabajando
en una posición de oficinista
como auxiliar administrativo
para un ejecutivo de cierta compañía.
No había un puesto más elevado
dentro de la empresa ni en su campo.
Lo único que lamentaba era
que nunca había ido a la universidad.
Armado de las palabras de aliento
de sus compañeros voluntarios,
él y su esposa vendieron su casa
y "volvieron a la escuela".
Ambos recibieron finalmente grados de doctorado
y se convirtieron en consejeros
plenamente dedicados a su familia.
Abrieron una clínica juntos
y reestructuraron sus vidas,
disfrutando esta vez
de un sentido mucho más
amplio de satisfacción personal.
Nunca es demasiado tarde para comenzar
una nueva carrera.
Y nunca es demasiado tarde
para hacer otra vez un comienzo
en su vida espiritual.
El verdadero éxito se encuentra
al establecer una relación con su Creador,
descubrir lo que Él dispuso que fuese,
¡y entonces desarrollar los talentos
y dones que le dio!
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